En este momento estás viendo La Torre de Santa María de Daroca y Agustín Sanmiguel Mateo

La Torre de Santa María de Daroca y Agustín Sanmiguel Mateo

  • Categoría de la entrada:Novedades

Se trata de la torre de la colegiata de Santa María de los Sagrados Corporales de Daroca. Cuando llegamos hasta allí para contemplarla, nos parece encontrarnos simplemente ante una austera torre gótica de piedra sillar y resulta difícil imaginar lo que en su interior encierra.

 El profesor Gonzalo Borrás, en su obra “Arte Mudéjar Aragonés” (1985), tomo II, dedica un apartado importante a la ciudad de Daroca (páginas 155 a 163). En él pone de especial relevancia la riqueza de su legado mudéjar y se lamenta -con razón- de la desaparición de una parte importante del mismo (torre de Santiago, torre e iglesia de San Pedro, torre de San Andrés…). Ya apuntamos en alguna ocasión que, al menos en nuestra tierra, han sido más destructoras las piquetas de la paz que las catapultas o los cañones de la guerra. Pero también resalta el gran interés de lo todavía conservado y pasa a describir a continuación el ábside de la iglesia de San Juan de la Cuesta, la torre de Santo Domingo de Silos y el palacio de los Luna. Sin embargo, no hace siquiera mención alguna en este apartado a la torre de la colegiata de Santa María, en la cual existe, para nosotros, uno de los monumentos más emblemáticos del patrimonio de ascendencia islámica que tenemos en Aragón.

Sería de esperar que hallazgos tan relevantes como este vinieran de la mano de historiadores (incluso de arquitectos), pero esta vez -y no es la única- fue el bilbilitano (“calatayubí”, como le gustaba denominarse él a sí mismo) Agustín Sanmiguel Mateo, licenciado en Ciencias, sección Biológicas, presidente del Centro de Estudios Bilbilitanos desde 1987 hasta su fallecimiento en 2009.

Cierto es que había habido alusiones breves al carácter “mudéjar” del interior de esta torre, de ladrillo todo él, oculto dentro de ese cascarón de piedra con ventanales góticos que fue erigido en el siglo XV envolviendo a la torre anterior. Agustín Sanmiguel presentó un estudio monográfico en el Tercer Encuentro de Estudios Bilbilitanos donde, bajo el título “Un alminar en el distrito de Qal’at Ayyub: la torre de Santa María de Daroca”, publicado en 1992. En él, por primera vez, se argumentaba sólidamente que, dentro de esa torre gótica de piedra, se hallaba oculta otra de ladrillo, concluyendo que, sin margen de dudas, se trataba del alminar de la mezquita mayor de esta ciudad de fundación musulmana.

En su libro “Torres de ascendencia islámica en las comarcas de Calatayud y Daroca” hace un resumen de aquel estudio. Lo que se describe a continuación está extractado en buena parte del mismo.

La sitúa como una de las torres islámicas de planta cuadrada más antiguas de nuestro territorio, aunque solo se conoce su estructura y disposición interna y nada se sabe de su aspecto externo. Se encuentra junto a la portada gótica, en el lado occidental de la colegiata de Santa María, un gran edificio renacentista construido perpendicularmente sobre otro anterior del que quedan un ábside románico del siglo XII al este y dicha portada gótica al oeste. Curiosamente, la torre no está alineada ni con el templo románico ni con el renacentista, sino “inexplicablemente” girada respecto a ambos. Ya decimos que la torre gótica (construcción de 1441) no fue tal, sino el forrado exterior y recrecido de esa esa antigua torre. Esta, por ser de ladrillo y con estructura de alminar, se clasificó como mudéjar y se fechó, sin más, en el siglo XIV.

 

Planta del conjunto (vista maps)
Planta del conjunto (vista maps)

 

La planta de la torre antigua es relativamente pequeña: un cuadrado de unos 4,70 m de lado. Sin embargo, sus muros son muy gruesos (115 cm). Tiene en el centro un machón de 80×80 cm en torno al cual sube la escalera abovedada en sentido antihorario.

 

Planta con proyección de techos (arriba) y proyección de peldaños (abajo). Dibujo A. Sanmiguel.
Planta con proyección de techos (arriba) y proyección de peldaños (abajo). Dibujo A. Sanmiguel.

 

Hasta aquí todo es normal, pero hay dos elementos que singularizan esta torre en el conjunto de las aragonesas: uno es el ladrillo empleado y el otro el tipo de abovedamiento.

El ladrillo habitualmente empleado en nuestro territorio tiene una proporción 2:1, siendo el formato más frecuente 34×17 cm. Sin embargo, el de esta torre es 27×16 cm, lo que supone una proporción aproximada de 3:2. Conviene hacer notar la ventaja que supone la proporción 2:1 para conseguir unos aparejos bien trabados en los muros (sobre todo, cuando son de soga-tizón); sin embargo, aquí no es la utilizada. Curiosamente, esta proporción 3:2 también la encontramos en el área toledana, tanto en construcciones mudéjares como de época taifal. El grosor de los ladrillos es muy variable, entre 4 y 6 cm, algo que también ocurre en el claustro de Santa María de Calatayud, del cual ya vimos que, con toda probabilidad, es lo que nos queda de la mezquita mayor de aquella ciudad. Estos ladrillos “daruquíes” (“Darûqa” es la denominación de Daroca en la lengua andalusí) presentan en su cara inferior una estriación digital hecha en crudo, bien con rayas paralelas o cruzadas, para mejorar la adherencia, algo que también se observa en otros lugares. Se aprecia también la existencia de ladrillos especiales empleados como ménsulas de apoyo en algún tramo de las escaleras con cierto toque de elaboración artística.

 

Ladrillos especiales utilizados como ménsulas y estriado en la cara inferior de los ladrillos planos (Foto J.A. Tolosa)
Ladrillos especiales utilizados como ménsulas y estriado en la cara inferior de los ladrillos planos (Foto J.A. Tolosa)

 

En cuanto al abovedamiento, resulta muy singular y bastante único. Realmente, no es un abovedamiento, sino una formación de rampas conseguidas a base de volar cada hilada sobre la anterior en el sentido ascendente, a diferencia de las bovedillas enjarjadas en las que el eje siempre es horizontal y las hiladas van volando a partir de los muros laterales con tramos escalonados. Para que esas rampas se sostengan, se las dota de unos apoyos que consisten en unos falsos arcos enjarjados (lo que se conoce en algunos ámbitos como “aproximación de hiladas”) que parten de cada esquina del machón central hacia los muros laterales y en ambas direcciones, es decir, dos en cada esquina (se ven en el dibujo de planta anterior -proyección de techos- y en la fotografía siguiente). Este sistema puede parecer más arcaico que el de las bovedillas enjarjadas, pero este último ya lo tenemos en construcciones de cuatro milenios de antigüedad, concretamente en Irak. Algo similar ya pudimos ver en aquellas falsas bovedillas de crucería de la torre de Santa María de Ateca

 

Formación del techo de la escalera (Foto J.A. Tolosa)
Formación del techo de la escalera (Foto J.A. Tolosa)

 

Arco enjarjado para el apoyo de la rampa (Foto J.A. Tolosa)
Arco enjarjado para el apoyo de la rampa (Foto J.A. Tolosa)

 

En cuanto a su cronología, como viene siendo habitual, no hay documentación sobre ello. Le pusieron el calificativo de “campanario mudéjar del siglo XIV” y ya está, pero es uno de los ejemplares más claros donde se puede afirmar que estamos ante un alminar musulmán, seguramente del siglo XI. Tengamos en cuenta que esta zona es conquistada por Alfonso I en 1120, época en la que el arte que predomina es el que hoy conocemos como “románico”. En Daroca tenemos el ábside de la iglesia de San Juan, románico, de planta semicircular y de sillería en su base, que continúa en ladrillo y contiene una ventana con arco lobulado de tipo islámico.

Ábside de la iglesia de san juan (Foto J.A. Tolosa)
Ábside de la iglesia de San Juan (Foto J.A. Tolosa)

 

También la torre de la iglesia de Santo Domingo, cuya parte inferior es de sillería y luego sigue en ladrillo, donde hay unas ventanas con arcos mixtilíneos que se entrecruzan y arcos trilobulados, de clara influencia islámica.

 

Torre de la iglesia de Santo Domingo (Foto J.A. Tolosa)
Torre de la iglesia de Santo Domingo (Foto J.A. Tolosa)

 

 

En ambos casos, es evidente que la obra de ladrillo, aunque de influencia islámica, es de época ya cristiana, pues está levantada sobre una base románica de piedra sillar. Sin embargo, en el caso de la torre que nos ocupa es al revés: primero se hizo la torre de ladrillo y después se forró con piedra. Formando parte del mismo conjunto, tenemos un ábside románico orientado al este, como era la norma entonces para los templos cristianos, y la planta de aquella iglesia llegaba hasta la torre, pues aún se conserva la portada gótica. Sin embargo, la torre no mantiene esa dirección, sino que está girada nada menos de 30º respecto a la misma. Para datar esta torre en el siglo XIV, habría que pensar que se hizo una iglesia románica sin campanario (mientras que en la de Santo Domingo, de inferior dignidad, sí se hizo) y que se esperaron dos siglos para construir uno, inexplicablemente desalineado y con unas características constructivas tan discordantes con las de la iglesia que motivarían su revestimiento y recrecimiento en el siglo siguiente. Increíble. La explicación lógica es que en este lugar había una mezquita con su alminar orientados hacia el sureste y que, cuando los cristianos decidieron hacer su iglesia, derribaron la mezquita y orientaron su nuevo templo canónicamente, pero mantuvieron el alminar utilizándolo como campanario, como venimos detectando en tantos otros lugares.

Evolución hipotética del conjunto (Dibujo A. Sanmiguel)
Evolución hipotética del conjunto (Dibujo A. Sanmiguel)

 

No es algo exclusivo de nuestra tierra: en Córdoba y en Sevilla también se mantuvo el alminar. Cuando se trataba de la mezquita aljama se dedicaba el templo a la Virgen María (este es el caso) y, si había ya en la misma ciudad alguna iglesia o ermita mozárabe bajo la advocación de la Virgen, solía dedicarse al Salvador (caso de la Seo de Zaragoza). Naturalmente, en Daroca, tras cuatro siglos de dominio islámico, cuando Alfonso I la incorpora a su reino, tenía que haber varias mezquitas con sus correspondientes alminares, y esta sería la mezquita mayor. En el siglo XV, con el auge de la devoción a los Corporales de Daroca, se procede al enriquecimiento de la iglesia con el magnífico retablo de los Corporales, la remodelación de la portada principal -puerta del Perdón-. En cuanto a la torre, el viejo alminar de ladrillo, consideraron que no encajaba con el conjunto, lo forraron con fábrica de sillería y lo recrecieron en altura. Podrían haberlo derribado para hacerlo enteramente nuevo y bien alineado con el templo, pero pensarían que era mejor mantener su sólida estructura, como también harían a finales del siglo XVII con la torre de la Seo de Zaragoza. Fue así como quedó oculta su decoración exterior, que seguramente tendrá labores de ladrillo resaltado y posibles discos y columnillas de cerámica vidriada.

 

Sección hipotética en su estado original (Dibujo A. Sanmiguel)
Sección hipotética en su estado original (Dibujo A. Sanmiguel)

 

 

Logotipo-COAATZ--768x470

 

Jaime Carbonel Monguilán. Arquitecto Técnico.

Autor del libro «El alminar de Tawust», las intervenciones en obras de restauración del patrimonio de Jaime Carbonel le han llevado a conocer los aspectos más singulares de la arquitectura tradicional aragonesa, como el uso del yeso como material de agarre en lugar del mortero de cal, que era lo habitual en el resto de casi todo el mundo. Su dedicación al estudio detallado de la torre de Santa María de Tauste arroja unos resultados sobre su datación bien diferentes de los que se han sostenido tradicionalmente. Unas conclusiones que afectan de manera muy positiva al pasado de Tauste y a las consideraciones sobre el verdadero origen de la arquitectura mudéjar aragonesa.

 

Artículos anteriores

La arquitectura zagrí y mudéjar en Aragón (I).

La arquitectura zagrí y mudéjar en Aragón (II): El caso de Tauste.

La arquitectura zagrí (IlI): Un poco de historia.

¿Por qué la llamamos «arquitectura zagrí»?

El yeso: Ese material tan habitual como ignorado.

Errores conceptuales respecto al yeso.

Técnicas de construcción con yeso.

Mortero de cal o pasta de yeso.

¿Cómo nació la arquitectura mudéjar aragonesa?

Génesis de la Arquitectura Zagrí.

Evolución estructural de los alminares zagríes.

La Parroquieta de La Seo de Zaragoza.

La Seo de Zaragoza o la Mezquita Aljama de Saraqusta.

La Torre de San Pablo de Zaragoza.

La Torre de la Magdalena de Zaragoza.

La Torre de la Iglesia de San Gil Abad de Zaragoza.

La Torre Nueva de Zaragoza.

Aproximación histórica a la construcción de la Torre Nueva de Zaragoza.

Saraqusta.

La Iglesia de San Martín de la Aljafería.

La Torre de Utebo.

La Torre de Alagón.

La Torre de Santa María de Tauste.

La necrópolis islámica de Tauste.

El castillo de Rueda de Jalón.

La Torre de La Almunia de Doña Godina.

Los enigmas de la Torre de Ricla.

El Castillo Mayor de Calatayud.

Iglesia y Torre de San Andrés de Calatayud.

Santa María La Mayor de Calatayud.

La Torre de San Pedro de los Francos de Calatayud.

La Torre de Terrer.

La Torre de Santa María de Ateca.

Iglesia y Torre de Santa María de la Vilueña.

Un alminar en la Iglesia de Santa María de Maluenda.

Villalba de Perejil.

La Torre del Belmonte de Gracián.

La Torre de Aniñón.

La Torre de Aguilón.

La Torre de Encinacorba.

La Torre de Villarreal de Huerva.

La Torre de Romanos.